Cuarta acción del ciclo "Corporeidad y resistencia", de La Grey.
"El palomo cojo" de Paquito Nogales, nos habla de su experiencia personal, es casi la historia de su vida, desde el momento de su primera comunión. Todas las historias tienen que tener un comienzo, y Paquito, inicia su narración en el instante que unas tías abuelas comentaron "¡Hay que ver lo zaraza que nos ha salido el niño!" a finales de los 60.
En esa España, ultra-católica, ultra-nacional, ultra-discriminatoria, que incluye todos los ultras posibles, incluyendo el aspecto ultra-gris de una sociedad bajo el peso de la dictadura, se desarrolla la infancia de Nogales.
La acción "El palomo cojo" nos lleva a plantearnos el daño que hacemos con nuestros comportamientos discriminatorios. Daños que apenas se perciben fisicamente pero cuyas heridas pueden no llegar a cicatrizar nunca.
Paquito desarrollo su performance en tres partes. La primera, oscura, tenebrosa, nos transportaba a lo peor de la época anteriormente citada. Paró la acción y nos habló de lo importante que es para los hombres conocer su sexualidad, entre la que se encuentra la exploración de la próstata, y el placer que conlleva esta glándula. Y acabó la acción convirtiéndose en la gallina de colores que todos tenemos que ser, lúdica, feliz y desmedida.
Un placer en todos los sentidos el trabajo de Paquito Nogales que acabó con unos garbanzos de cuaresma, tal como los preparaban sus tías abuelas, como homenaje a ellas.
Fotografies: Francesc Roig